De alguna manera sabemos que la mayoría de nosotros tiene en casa un perro como mascota y buscando en Internet encontré la imagen que comparto con ustedes, porque con certeza más de uno de nosotros se pregunta ¿qué dirían los perros si pudiesen hablar?.(*) Y bueno es verdad los perros no hablan, aunque también tengo la certeza de que hemos tenido conversaciones con nuestras mascotas; sobre diversos temas y otros; que ya estamos al borde la locura, inclusive le hemos puesto un “tono” de voz especial cuando “supuestamente” nos habla nuestro querido amigo. ¿Lo vas a negar?. No se puede negar algo que por encima de cualquier situación es sumamente divertido.
Pero mi búsqueda original era una imagen que pudiese ilustrar los diversos estados de ánimo de una persona. Estaba leyendo un poco sobre los efectos de “tender la cama” y la manera en la que es posible que una acción tan simple como esa pueda levantarnos el ánimo. Ya es muy famosa la frase en lecciones de liderazgo “Si quieres cambiar el mundo… empieza por tender tu cama” la misma que más allá de ser un consejo valioso para tanto joven que ha olvidado lo más elemental, resulta que tiene un efecto positivo en la manera en la que nos podemos sentir. La cantidad de publicaciones que hay al respecto respaldan esta afirmación.
Nuestros perros se comunicarán con nosotros y para entenderlos un poco mejor bastará con mirar la imagen anterior, y ¿qué hay de nosotros? ¿Tenemos certeza de cómo nos estamos sintiendo por dentro?. Así como quisiéramos entender a nuestras mascotas, ¿no sería factible que pudiésemos entendernos a nosotros mismos? y de allí poder comunicarle a los demás, ¿cómo es que nos estamos sintiendo?.
¿No sería fabuloso que pudiésemos elegir nuestro estado de ánimo?
De la misma manera en la que tender nuestra cama nos será de ayuda, considero que podemos hacer una búsqueda de las cosas que nos producen alegría y saber identificar internamente las cosas que nos generan diversos estados de ánimo.
El “truco mágico” estaría en poder identificar diversas situaciones y el estado de ánimo que ellas nos producen, luego en sentido general y de manera responsable definir el estado de ánimo al que queremos llegar y hacer las cosas que nos conduzcan hacia allá. Bajo esta premisa podríamos elegir nuestro propio estado de ánimo.
Subrayo el sentido responsable de nuestras decisiones, porque de manera simple comer en grandes cantidades o consumir bebidas alcohólicas por ejemplo lejos de aliviarnos, a la larga nos generará complicaciones de salud y problemas mayores.
(*)Comencé hablando de perros para llamar tu atención, pero dentro de nosotros tenemos una mascota a la que tal vez también necesitamos entender y todavía no hemos domesticado.
Comparte en los comentarios las cosas que te conducen a un estado positivo de ánimo.
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