Justo a Tiempo (JIT).

Es un proceso o método de manufactura que aparece por los años 70, derivado del sistema de manufactura TPS, (del que ya hablamos en notas anteriores). La historia nos recuerda que luego de la segunda guerra mundial, las industrias japonesas no disponían de «recursos» (ni dinero, ni espacio) para realizar las labores de producción, por lo tanto era necesario desarrollar metodologías que permitiesen coordinar toda la cadena del proceso productivo para alcanzar la mayor «Eficiencia» posible. Es que cuando no dispones de recursos en abundancia, tienes que ser lo más «creativo» y ahorrativo posible para alcanzar los objetivos y metas de la organización.

Se trata de: «Producir estrictamente lo necesario en el momento en que será necesario, con excelente calidad y sin generar desperdicios»

Hay 4 pilares de esta metodología que los mencionaremos únicamente como referencia para no hacer muy extenso este post:

  • Poner en evidencia los problemas fundamentales
  • Eliminar los desperdicios.
  • Buscar la simplicidad.
  • Diseñar sistemas para identificar problemas.

Entonces, ¿qué sucedería si aplicamos estos principios a nuestras situaciones cotidianas? hagamos un rápido ejercicio.

Es usual que vayamos posponiendo la solución de los problemas y no nos damos cuenta de todo el «costo» emocional y económico que genera. Si tienes un problema debes enfrentarlo hasta conseguir su completa resolución, «tomar el toro por las astas» según reza la sabiduría popular.

Eliminar todo aquello que no sirve tiene muchas ventajas, considerando la de no cargar con peso innecesario sobre nuestros hombros, debemos pensar en los siguientes desperdicios: Inventarios, demoras, traslados, sobre costos, sobre producción y los defectos. Estas son las bases de la manufactura LEAN de la que hablaremos más adelante. ¿Te imaginas todo lo que puedes ahorrar si dejas de hacer aquellos gastos que no ayudan a nada en tu vida? piensa en tiempo, dinero, energía, emoción y un largo etcétera.

Lo usual es que tendamos a complicarnos las cosas y nos olvidamos que las mejores cosas de esta vida radican en la simplicidad.

Finalmente, si nos esforzamos en usar sistemas que nos ayuden a identificar los problemas, las acciones para su resolución se iniciarán en forma temprana y las potenciales consecuencias no serán tan costosas. Un tablero de control visual «Kanban» es una herramienta muy simple que nos ayudará en este propósito. Abrir nuestra mente y probar la enorme cantidad de aplicaciones que existen en la actualidad constituye un primer paso, ponerlos en práctica buscando mejorar en forma continua sería lo siguiente que debemos hacer. Considera que un problema no es más que la brecha que existe entre una situación actual y una situación deseada, lo único que se debe hacer para resolverlo es tender el puente entre esos dos puntos y cruzar a la otra orilla.

¡Hasta la próxima!

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